Espondilosis cervical con radiculopatía

Un problema degenerativo de espalda muy común (se estima que 9 de cada 10 personas mayores de 50 años desarrollarán la afección en algún grado), la espondilosis cervical ocurre en la parte cervical de la columna o, como la mayoría de la gente la conoce, el cuello. La radiculopatía suele estar relacionada con la espondilosis cervical, ya que a menudo ocurre como resultado del proceso de espondilosis en la parte cervical de la columna.

Espondilosis cervical

A medida que envejecemos, el tejido blando que se encuentra en la espalda comienza a secarse y pierde la elasticidad de la juventud. Esto es especialmente notable en los cartílagos o discos llenos de gel que se comportan como cojines entre las vértebras de la columna. La espondilosis cervical implica el desgaste del cartílago alrededor de las vértebras que se encuentran en el cuello y el hueso de las vértebras puede sufrir daños. A menudo, el hueso intentará, sin éxito, repararse a sí mismo, provocando que crezca material óseo adicional o espolones óseos. Estas proyecciones óseas se desarrollan a lo largo de los bordes de los huesos y a menudo causan desgaste y/o dolor si presionan o rozan otros huesos o tejidos blandos.

Radiculopatía

La radiculopatía se utiliza a menudo para describir el dolor y el malestar general causados ​​por una raíz nerviosa comprimida en todo el cuerpo, aunque nos centraremos en las raíces nerviosas de la columna cervical (cuello). Además del daño a los discos del cuello, la degeneración de la columna cervical también puede provocar la compresión de las raíces nerviosas que se encuentran en el cuello. Esta compresión puede ser causada no solo por los espolones óseos antes mencionados que presionan los nervios, sino también por el líquido que se escapa de los discos y aplasta el nervio mismo.

Síntomas y 'curas'

Los síntomas más comunes de quienes padecen espondilosis cervical con radiculopatía serán rigidez y dolor en el cuello acompañado de dolores de cabeza. La presión sobre las raíces nerviosas del cuello provoca los siguientes síntomas:** hormigueo o entumecimiento en los hombros o brazos; hormigueo en brazos y piernas; pérdida de sensibilidad en manos y piernas, falta de coordinación y dificultad para caminar.

Hay varias formas de aliviar la afección y la mayoría de las personas responden bien al tratamiento después de sólo un par de semanas. Sin embargo, la afección a menudo puede reaparecer a medida que la persona que la padece continúa envejeciendo:**

A menudo, el ejercicio como nadar o caminar ayudará a reducir los síntomas, así como la fisioterapia localizada. Los medicamentos antiinflamatorios ayudarán, ya sea con receta o sin receta. También existen varias técnicas de autoayuda, como dormir con una almohada adicional debajo del cuello por la noche. Es posible que quienes la padecen también deseen considerar los analgésicos o la cirugía, aunque esta última a menudo se considera un último recurso debido a los riesgos que implica la cirugía de la médula espinal y el cuello.